La escena se repite: una empresa invierte tiempo y dinero en inteligencia artificial, monta un piloto prometedor, hace demos que parecen de ciencia ficción… y meses después el proyecto está muerto o nadie lo usa.
¿Te suena? No es mala suerte: es síntoma de algo más profundo.
Vivimos un momento de hype absoluto. Cada semana aparece una nueva herramienta, un nuevo modelo, un caso de uso que promete revolucionar tu negocio. Los consejos de administración presionan: “Tenemos que hacer algo con IA”. Los equipos técnicos se lanzan a experimentar.
Pero mientras tanto, las estadísticas son demoledoras: alrededor del 70 % de los proyectos de IA nunca generan impacto real en el negocio. Se quedan en pilotos eternos, pruebas que no escalan o sistemas que nadie adopta.
¿Por qué? Porque muchas organizaciones confunden experimentar con transformar, y porque implementar IA no es un proyecto tecnológico: es un cambio sistémico que afecta a personas, procesos y estrategia.
En Artefacto lo vemos cada día: compañías con buen talento técnico y presupuesto, pero que no logran pasar del “mira qué modelo tan chulo” a resultados concretos y sostenibles.
En nuestro trabajo hemos identificado algunos patrones que explican este fracaso recurrente. Aquí van cuatro aprendizajes que aplicamos siempre que acompañamos a una empresa en su camino hacia la IA con impacto:
Muchas iniciativas empiezan desde la tecnología (“hay que usar IA generativa ya”) y no desde la estrategia de negocio. Si no tienes claro qué problema quieres resolver, para quién y con qué impacto medible, cualquier modelo se convierte en juguete caro.
Consejo accionable: define primero el valor que quieres desbloquear (más eficiencia, mejor experiencia de cliente, nuevas fuentes de ingresos…) y luego evalúa si la IA es realmente el mejor camino. A veces el mejor avance es simplificar un proceso o mejorar la calidad de los datos.
Sin datos fiables, actualizados y accesibles, la IA es humo. Sin embargo, muchas empresas subestiman la madurez necesaria de su ecosistema de datos antes de lanzarse.
Se invierte en el modelo antes que en la infraestructura, la calidad y la gobernanza. Resultado: modelos que no aprenden, outputs poco confiables y usuarios que pierden fe rápidamente.
Consejo accionable: audita tu estado de datos antes de empezar. No necesitas perfección, pero sí una base mínima: fuentes claras, calidad aceptable, acceso controlado. Mejora de forma incremental, no como un proyecto mastodóntico de tres años.
Un modelo brillante que nadie usa es fracaso. Y la adopción no sucede sola: hay que diseñarla.
Las personas no se resisten a la IA por capricho: temen perder control, relevancia o trabajo; no confían en resultados que no entienden; o simplemente no ven cómo les ayuda en su día a día.
Consejo accionable: involucra a quienes usarán la IA desde el inicio. Explícales cómo les beneficia, qué cambia y qué no. Diseña experiencias de uso claras, con feedback rápido. Forma, comunica y acompaña. Si no hay narrativa humana, no hay adopción.
Muchas consultoras venden soluciones “llave en mano” que solo ellas saben mantener. Resultado: clientes cautivos, sistemas que nadie dentro entiende y costes que crecen.
En Artefacto creemos en lo contrario: diseñar procesos y herramientas que el cliente pueda operar sin nosotros. La autonomía es clave para que la IA sea sostenible.
Consejo accionable: pregunta a cualquier partner de IA cómo quedará tu equipo después de la implementación. ¿Podrán mantener y evolucionar el sistema? ¿O dependerás eternamente de consultores externos?
Por dónde empezar (si quieres que la IA tenga impacto real)
Si tu organización está pensando en lanzar o relanzar iniciativas de IA, aquí hay un camino pragmático para no sumarte a la estadística del 70 %:
La IA no es magia. No es una varita que arregla procesos caóticos, datos dispersos o culturas que no aprenden. Pero bien aplicada, puede ser una palanca brutal para construir una empresa más preparada, eficiente y humana.
En Artefacto nos gusta retar a las organizaciones, acompañarlas a pensar sistémicamente, y hacer que las cosas pasen. Porque la verdadera transformación no es implementar tecnología, es cambiar cómo trabajamos y decidimos.
Si tu compañía quiere salir del piloto eterno y lograr impacto real con la IA - sin frustraciones ni dependencias - hay un camino más consciente y sostenible.
Si quieres profundizar en esta temática y ver cómo aplicarla de forma estratégica y accionable, te invitamos a nuestro próximo webinar.